Es bien sabido por todos el “enfrentamiento” perpetuo entre calefacción de gas o calefacción eléctrica. Hoy hablaremos sobre esta segunda, comentaremos los tipos de calefacción que puedes encontrar en el mercado y sus ventajas e inconvenientes. Casi la mitad de lo que pagamos en electricidad en nuestros hogares al año proviene de sistemas de calefacción y refrigeración.
Ventajas generales sobre estos sistemas de calefacción:
– Se trata de una energía limpia que no produce ninguna emisión de gases nocivos para el medio ambiente.
– La electricidad es segura, no necesita almacenamiento con el consiguiente riesgo de filtraciones y de explosión, y los equipos no requieren obras de instalación ni mantenimiento sino que se enchufan y basta.
Los tipos de calefacción y sus ventajas e inconvenientes:
– Acumuladores de calor: El principio básico del concepto de acumulador se basa en la alternancia de ciclos de carga y ciclos de descarga, correspondiéndose generalmente los ciclos de carga con la noche y los de descarga con el día, debido a las tarifas reducidas, así como a las mayores necesidades de uso diurno. Los hay de dos tipos: estáticos (el calor se transmite por convección natural) y dinámicos (incorporan un ventilador que fuerza la convección al impulsar el aire a través del núcleo acumulador).
Ventajas: instalación sencilla.
Inconvenientes: La inversión inicial en el equipo es más cara. La recarga se realiza de noche con lo que no se puede regular o adaptar a las necesidades del día siguiente.
– Placas radiantes: envolturas metálicas que emiten calor por radiación
Inconveniente: son bastante caros
Ventajas: el calor que emiten es instantáneo y hacen que la temperatura de la estancia en la que se encuentra sea regular y constante.
– Radiadores de cuarzo: son de las más comunes. Se tratan de barras de cuarzo que se calientan mediante energía eléctrica.
Ventajas: el calor es intenso y constante.
Inconvenientes: pueden producir quemaduras con su contacto directo y el precio energético es elevado por lo que se recomienda para estancias pequeñas y no para calentar toda una casa.
– Radiadores de aceite: su funcionamiento es simple, contienen una resistencia eléctrica que emite calor a un aceite especial e inodoro.
Ventajas: proporcionan un calor constante y regulable gracias a su termostato incorporado. No produce ningún tipo de gas o residuo contaminante. No produce quemaduras, como los radiadores de cuarzo. Algunos de estos radiadores de aceite desprenden ionizadores beneficiosos para la salud.
Inconvenientes: el coste del aparato es elevado.
– Los convectores: resistencia que proporciona calor al aire frío que se encuentra en la estancia. Este entra por la parte inferior del aparato y pasa por las resistencias calientes, calentando así este aire.
Ventajas: su calor es instantáneo y son de bajo consumo.
Inconvenientes: precio elevado